Efectos de sonido
¿Que la forma en que hicimos los efectos de sonido es de la "vieja escuela"? Una tinaja con agua, un peine, espinacas, una crema para manos vacía... todo eso y más fueron nuestras herramientas para ponerle sonido a la animación. Cosas que encontrábamos en la cocina, el baño, el patio... y en nosotros mismos.
Como nuestro presupuesto bajaba y bajaba teníamos que reparar muchísimo en los gastos y como buenos mexicanos que somos (eso de encontrar soluciones a los problemas de formas casi milagrosas) nuestra cabina de sonido nos costó 120 pesos, que fue muy buena solución para lo que necesitábamos de acústica. La caja más grande que encontramos nos costó 10 pesos en una tienda de electrodomésticos, en ella pegamos cajas de huevos que en total nos las vendieron como a 30 pesos, más el silicón y dedos adoloridos fue una buena inversión, además de que le encanta a los gatos.
Cuando vuela el cucharón con alas de murciélago por ejemplo, es el sonido de dos cubiertos metálicos golpeándose. El abanico de la princesa extranjera es el sonido de un peine rasgando el estuche de mis lentes. O en muchas ocasiones utilizamos nuestros propios sonidos, es decir, los que emanan de nosotros (fftsss).
Un ave que abunda aquí en México nos despertaba con su canto a Carlos y a mí por algún tiempo durante la madrugada. Un día simplemente lo grabé, casi como sonámbula, limpié el audio y lo puse en la parte donde termina el aria a la luna, el amanecer. Después de eso un día, el ave simplemente dejó de venir.
Fue un trabajo que implicó mucha creatividad e ingenio pero al mismo tiempo fue de lo más divertido.